Oda a la resiliencia
Tuvieron que pasar 13.700 millones de años para que se creara el universo, 300 millones de años después de este para que se formaran las primeras estrellas y galaxias. Luego unos 4600 millones de años para que nuestro sol se formará luego de que alguna estrella muerta dejó sus cenizas para la creación de él. Unos 100 millones de años más para que nuestro planeta se formará. Pasaron dÃas, semanas, meses, y millones de años (unos 600 millones de años) para que la tierra se enfriara lo suficiente para albergar las proteÃnas y sustancias de que dio a la vida tal y como la conocemos. Las primeras células aparecieron hace unos 3500 millones de años. Y luego, nada.
Solo hace 500 millones de años atrás donde todo sucedió, la llamaron la gran explosión cámbrica, donde se pudo apreciar lo complejo y hermoso que es la vida. Los primeros seres salieron del agua para gobernar la tierra, inexpertos como nosotros fueron ganando cada vez más terreno y se adueñaron de la tierra. Luego vivieron los dinosaurios y la gobernaron por casi 200 millones de años, hasta que un gran meteorito impactó hace 65 millones de años para que solo queden fósiles de lo que alguna vez fueron los dueños de la tierra.
Nuestros antepasados, los mamÃferos, pequeños y tÃmidos parecidos a los roedores de hoy, empezaron a salir de sus madrigueras y poblarla. Aparecieron todas las especies que alguna vez existieron, pero la nuestra aún no aparecÃa. Tuvo que pasar 61 millones de años más para que empezara una pequeña muestra de lo que era una nueva especie, que se diferenciaban de todas las demás. Y asà pasaron de nuevo, los dÃas, semanas, meses y miles de años, hace tan solo 300 mil años, es ahà donde comienza nuestra historia.
Aparecieron los homos sapiens, si lo tradujeramos del latÃn a estas dos palabras, homo sapiens significarÃa hombre sabio. Pero hay una gran mentira en estas palabras. El hombre no nació hombre ni tampoco sabio. Tuvieron que pasar casi 1 millón de años para que nuestros antepasados se dieran cuenta de que si juntaban un palo y una piedra afilada, pudieran construir lanzas que les permita poder defenderse de los animales que constantemente podÃan acabarlos con solo una mordida. Tuvieron que pasar miles de años para que se dieran cuenta que si juntaban dos piedras y un poco de pasto seco pudieran hacer fuego y asà dominarlo. Tuvieron que pasar 290 mil años, para que se dieran cuenta de que si juntaban unas semillas especÃficas y las plantaban en una tierra fértil, de ahà podrÃa salir su comida que tanto les costaba conseguir. Tuvieron que pasar por tantas cosas para que hoy pudiéramos estar acá. Pero decir estas palabras parecieran que ellos fueron estúpidos, pero no, no eran estúpidos, solo eran nuevos en este mundo.
Nuevos porque no sabÃan lo que hacÃan, nuevos porque nunca en la historia de la tierra, existió una especie que pudiera estar consciente de quién era. Tuvieron que pasar, hambres, guerras, enfermedades, dolores, perdidas, amores, sonrisas, alegrÃas, tristezas, reyes, campesinos, héroes, villanos, valientes, cobardes, policÃas, ladrones, polÃticos, y todas las vocaciones que alguna vez pudo existir para que pudieran tener un poco de comida y un sentido a sus vidas.
Entonces para que hoy pudiéramos estar acá, tuvimos que caernos y levantarnos, no una, ni dos, ni 10 veces, tuvimos que caernos y levantarnos más de 140 mil millones de veces por todas las personas que existieron, existen y que van a existir en este este pequeño y sin sentido ciclo, al que llamamos vida. Fue asà entonces, como nos dimos cuenta que para mejorar tenemos que caernos y levantarnos, aprender de ellos, de nuestros errores y mejorar cada dÃa. Porque esa es la verdadera forma de cómo aprendemos, caernos y levantarnos en las peores situaciones, para decir algún dÃa, “mi vida tuvo un sentido y que no me caà y no me quedé ahà en el suelo sin hacer nada”.
Tuvieron que pasar tantas cosas que la probabilidad de que estuviéramos aquà es 0. Pero aun asÃ, estamos aquÃ, vencimos a la probabilidad y estamos vivos. Solo con decir eso, entonces, nuestra vida vale más que todos y a la vez más que nadie.
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